El cuadro fue regalo de la Empresa RACA-Hughes SA al Ministerio de Bienestar Social rememorando un rescate de andinistas muy importante.
La empresa había ganado la licitación para mantener y operar los helicópteros del Ministerio de Bienestar Social.
Yo me desempeñaba como piloto de pruebas de los Hughes 500 que se ensamblaban en la Planta de San Fernando, BsAs. Un mediodía nos comunican que 2 andinistas norteamericanos y un neozelandés se habían caído en el Cerro Fitz Roy y había un herido y dos muertos, uno de ellos hijo de un senador de EEUU. Había que salir de inmediato. Despegué con un BO-105 rumbo al sur. Piloto y mecánico nada más. El Guaraní del Ministerio saldría también para darnos combustible en la estancia más próxima al lugar donde haríamos el campamento. Volé todo el día y toda la noche hasta llegar y rescatar al norteamericano Bill Martin a mediodía.
Los cuerpos de los otros dos estaban en una grieta tapados con hielo y nieve e iba a ser muy difícil sacarlos. El Fitz Roy es la cima de un volcán apagado con un valle circular a los 2000 m y con una pared vertical en el costado este de 3000m que tiene en algunos lugares ángulos negativos. Al sobresalir esa pared que está al este ataja los fuertes vientos del Pacífico metiéndolos hacia abajo y creando turbulencias y torbellinos muy peligrosos dentro de la olla. Luche contra el clima y la montaña durante 11 días hasta que pudimos sacar al otro norteamericano. La turbulencia era tan fuerte que varias veces casi nos derriba. La madre del neozelandés decidió que su hijo tuviera de tumba la montaña que tanto amó. Era de mucho riesgo seguir intentando porque estaba a mucha profundidad.
Este rescate tuvo repercusión internacional y si fracasábamos vendría de EEUU el equipo de elite que rescataba a los astronautas. Afortunadamente pudimos hacerlo y este cuadro lo rememora. Nunca antes me había pintado a mí mismo y menos en un helicóptero.
Admiro desde siempre sus cuadros. Desde 1973 fui radio-operador de la DINES y cuando me gradué de médico, pasé a formar pare del equipo profesional. Como hacía las guardias en DINES los sábados, domingos y feriados, usaba la oficina junto a la del director para estudiar. El hermoso cuadro del BO 105 LV-LGR era mi visión cuando levantaba la vista de los libros. Volé muchas veces en él, en LGS y LGT, en Sanitarios y operativos sociales, con pilotos como Trinchero, Díaz Mallea, Rubén Alvarez, Albarellos y me olvido de algunos. No tuve oportunidad de hacerlo con Ud. Justamente cuando comienza la recuperación de nuestras Malvinas, estábamos en alerta permanente por un posible traslado del hospital de campaña al Sur. Yo tenía una propuesta laboral para desarrollar mi especialidad (traumatología) en Trelew. Cuando me confirmaron que no íbamos a ser movilizados, tomé la decisión y me vine a esta ciudad, el 8/5/82, donde hasta ahora estoy. La aeronáutica y ser piloto, es esa “materia pendiente” en la vida que hoy, se materializa en mi hijo, instructor de vuelo en una escuela en Morón.
Me alegra mucho que haya ilustrado “sus memorias”, justamente con el cuadro que acompañó mis horas de estudio en la juventud, y que luego fuera parte de la tripulación. Es muy significativo también, porque en el rescate el el Fitz Roy, si mal no recuerdo, participó activamente un primo-hermano mío, encargado de las comunicaciones, el Ing. Norberto Chevalier.
Mis saludo y respetos.
Hola Leonardo, muchas gracias por los comentarios, claro que me acuerdo de Chevalier y de Puig, con quienes hemos compartido tiempos, esfuerzos y patriadas
Si alguna vez los camaradas de aquellos tiempos nos reunimos para comer un asado el comentario seguro va a ser. ¡¡¡No sé cómo carajos llegamos a viejos!!!
Gracias por poblar la Patagonia en esta época tan difícil para los del sur.
Te mando un gran abrazo agradeciendo tu mensaje
Exequiel, el pincel que vuela.